¿Recuerdas tu primer smartphone? Seguramente no tengas dudas de ese momento en que tu móvil se empezó a conectar a internet y cómo ha ido cambiando tu vida desde entonces. Quizá, sin embargo, no tengas igual recuerdo de tu segundo smartphone, ni del tercero, ni posiblemente de cuántos has tenido desde aquel momento… y es que en 10 años que ha hecho en 2017 desde la llegada de estos «teléfonos inteligentes», se han lanzado al mercado más de 7.000 millones de unidades. Sí, has leído bien, más de 7.000 millones de smarphones producidos en 10 años. Así lo revela un interesantísimo informe de Greenpeace publicado bajo el título From Smart to Senseless: The Global Impact of Ten Years of Smartphones («de inteligente a sinsentido: el impacto global de 10 años de smartphones»).
Algunas de las conclusiones señaladas por el informe son las siguientes (un breve resumen del mismo en español puede encontrarse en Greenpeace España):
Se han fabricado 7.100 millones de smartphones desde 2007.
Solo en 2014 se estima que se han generado tres millones de toneladas de residuos electrónicos de pequeños dispositivos de tecnología, según un estudio de la Universidad de Naciones Unidas. Se cree que se ha reciclado menos del 16%.
Desde 2007, se han utilizado aproximadamente 968 Twh de energía en la fabricación de smartphones, que es casi lo mismo que el consumo anual de India (973 TWh en 2014).
Solo en 2 de 13 modelos de los que ha revisado Greenpeace Estados Unidos e iFixit, como parte de la investigación, se podía reemplazar fácilmente la batería. Esto significa que los consumidores están obligados a reemplazar todo el dispositivo cuando la duración de la batería empieza a reducirse. En Estados Unidos, los smartphones tienen una duración media de 26 meses.
Se espera que la suma de smartphones en uso en 2020 alcance los 6.100 millones de dispositivos, o aproximadamente el 70% de la población global.
Desde luego, estas cifras han supuesto unos grandes beneficios para las empresas fabricantes y distribuidoras. Pero también un gran impacto para el planeta y sus habitantes, tanto en la extracción de materiales, la producción de los dispositivos, el consumo energético como el deshecho de los residuos, tal y como venimos informando en este blog.
Es por ello que la organización ecologista apremia a las empresas a poner todo ese poder creativo al servicio no solo de la innovación tecnológica sino también a favor de un modelo de producción y consumo más inteligente con el planeta, un modelo de producción circular apoyado en cuatro pilares básicos:
- «closed-loop» (circuito cerrado): uso de materiales reciclados de los propios móviles para producir los nuevos;
- «slow-replacement» (reemplazamiento lento): producir dispositivos reparables y actualizables para darles la vida útil más larga posible;
- «cleaning the loop» (limpiando el circuito): eliminar los productos químicos peligrosos de las cadenas de producción de los smartphones;
- «renewable» (renovable): utilizar energía 100% renovable en toda la cadena de fabricación de los dispositivos.
En su informe, Greenpeace realiza un primer balance del cumplimiento de estos cuatro principios por parte de los principales fabricantes de teléfonos móviles. Entre las compañías que más se van acercando estarían Fairphone y LG. Con avances en los otros aspectos pero no en el «reemplazamiento lento» quedan las grandes marcas como Apple, Samsung o Sony. Y muy lejos de acercarse siquiera al nuevo modelo, otras como Google, Huawei, Asus o Xiaomi.
Defendiendo este modelo, no es de extrañar que la organización ecologista haya puesto el grito en el cielo para asegurar un reciclaje adecuado para los 4.3 millones de unidades del Galaxy Note 7 que fueron retirados del mercado por sus problemas técnicos.
Esperemos que la siguiente década sea la de la cordura en el desarrollo tecnológico, nos va mucho en ello.