Todas las grandes empresas multinacionales del sector de las TIC parecen ser conscientes del impacto que tiene su actividad sobre el medioambiente y han dado un paso adelante, unas con mayor convencimiento que otras, hacia una mayor sostenibilidad de sus negocios y una imagen «más verde» (y cambiando la tendencia a la falta de transparencia en el sector con la excusa de no dar ventaja a la competencia). Una de las más destacadas según los informes de Greenpeace es el gigante Google. Presentamos en este post su página «Google Green», donde detalla su actividad para «una web mejor para el medioambiente», una información interesante para contrastar con otras informaciones que vamos publicando no tan complacientes con estas grandes empresas.

En el tono de toda información corporativa, aunque con el apoyo de algunos estudios externos, Google detalla sus avances, como contar con centros de datos de los más eficientes energéticamente. Según sus propios datos, solo el 33% de su consumo energético proviene de energías renovables (dato de 2011) aunque compensa su huella con otras acciones.

Entre sus acciones promocionadas está también el haber financiado una investigación llevada a cabo por el Lawrence Berkeley National Laboratory para medir el impacto energético de la computación en la nube. Este estudio sostiene el importante ahorro energético que se podría obtener moviendo a la nube toda la computación que actualmente se realiza en equipos locales, uno de los grandes estandartes de las empresas que sostienen la nube en su lucha contra el cambio climático (para realizar este estudio diseñaron un modelo para evaluar el impacto de la computación en la nube, un modelo abierto y disponible para la comunidad científica). Sin embargo, otros estudios matizan estas conclusiones categóricas al situar que esta mayor sostenibilidad de la nube depende del tipo de aplicaciones de que se trate y el uso que hagan del tráfico en la red (por ejemplo, para el caso de Microsoft’s Office 365, la nube reduciría el consumo para las aplicaciones de Outlook y Excell pero lo incrementaría para Word).

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Otro de los aportes de Google, por último, ha sido el organizar diversos encuentros entre expertos para discutir y encontrar soluciones a esta cuestión del impacto de la industria de las TIC sobre el medioambiente, mostrando que al menos en Estados Unidos -que como primera potencia mundial también en este terreno es lógico que lleve la delantera- este sí es un tema de debate. Del último realizado, bajo el título «How green is the Internet?», en 2013, se puede encontrar un interesante resumen en este post de Rocky Mountain Institute, una organización no lucrativa que promueve el uso eficiente de los recursos (y para los más interesados, no dejen de ver los aportes ofrecidos en los comentarios al post discutiendo sobre cifras y cálculos de impacto de las TIC).

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