«Lupita ensambla cada día entre dos mil y tres mil computadoras y aunque trabaja hasta 12 horas diarias, nunca podrá comprarse una porque el sueldo apenas si le llega para comer». Esta es una de las tristes paradojas que envuelven el mundo de la producción de las TICs: la mayoría de las personas que las fabrican jamás podrán acceder a comprarlas. Lupita -nombre ficticio utilizado en el vídeo para proteger su integridad- representa el caso de México, como cuenta en el reportaje «Banana chip«, producido por el Centro de Reflexión y Acción Laboral para denunciar la situación de este país como centro «maquilador» de productos electrónicos y sus condiciones de producción (una labor maquiladora ya tristemente conocida en muchos países centroamericanos en otros ámbitos como el de la fabricación textil). Junto a ellos, el sudeste asiático es bien conocido por ser el otro gran centro ensamblador de productos electrónicos en el mundo, donde los bajos salarios o la falta de derechos laborales son solo uno de los problemas a los que se enfrentan. A ellos hay que sumar los graves problemas de salud que genera la exposición a productos químicos, como denuncia un reciente informe elaborado por Good Electronics para el caso chino.

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Con este primer post tras el descanso veraniego nos acercamos a otro de los aspectos por desvelar que oculta la producción de las TIC: el drama de las condiciones de producción de las personas que las fabrican. La producción de las TIC no solo está manchada en muchos casos por el origen de los minerales que emplean. El otro gran aspecto por mejorar son esas condiciones de producción de las miles de personas envueltas en este ámbito alrededor del mundo, muy lejos del halo innovador y autocomplaciente de la publicidad de las marcas. Un tema en el que seguiremos avanzando en próximos posts. Os invitamos ahora a acercaros a esta realidad visionando este pequeño reportaje, «Banana chip«.

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