Ya hemos hablado en este blog del alto coste ambiental y humanitario que tienen tanto la extracción de las materias primas para la fabricación de las tecnologías digitales como su desecho posterior, y del alto valor económico que tendrían las millones de toneladas de basura electrónica que se generan anualmente: 55.000 millones de dólares en un año a nivel mundial según las últimas estimaciones de la Universidad de la Naciones Unidas ya comentadas.

No es de extrañar, pues, que instituciones como la Unión Europea estén interesadas en crear una economía circular para intentar reaprovechar las materias primas que se encuentran en esos desechos electrónicos y volver a ponerlos en funcionamiento (lo que se conoce como la «mina urbana»). Con este fin surge ProSUM project, un proyecto de diversas organizaciones europeas de investigación que, con financiación de la UE, busca poner en común las diversas fuentes que sobre esta materia se encuentran dispersas por nuestro territorio, dando lugar a la «Urban Mine Platform«, una base de datos centralizada que recoge todos los datos disponibles sobre estas materias primas en el mercado europeo y sus flujos en relación a equipos eléctricos y electrónicos, vehículos y baterías de los 28 países miembros de la Unión Europea más Suiza y Noruega. En total, 30 países cuyos habitantes poseemos de media 44 aparatos eléctricos y electrónicos, 12 lámparas de bajo consumo, 33 accesorios de luz y 40 baterías (como se muestra en los gráficos incluidos al final de esta entrada extraídos del último informe de ProSUM). Una inmensidad de elementos tecnológicos que esconden esas preciadas y limitadas materias primas.

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Esta plataforma se convierte, así pues, en una auténtica «mina» de datos fácilmente accesibles y personalizables para facilitar esta tan necesaria reutilización que ponga fin a una explotación de recursos insostenible.datos prosum

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